martes, 6 de octubre de 2009

Too much love... too much fake


Sólo dejamos de hablar. Sentados en cualquier parte, con específica soledad. El sonido del aire nos bastaba. Aparentábamos ser dos desconocidos en aquel banco inmutable, jugando con las llaves y viendo el piso. Hasta que de pronto, cuando sentí que sus brazos me rodearon, mi corazón latió con más fuerza; mi reacción me enfureció conmigo misma, porque él se dio cuenta de todo.

Sabía que se reía de mi sin tener que volver a verlo, me apretaba con mas fuerza, entonces se detuvo, se acerco lenta y sutilmente, tenia la certeza de que iba a besarme... no me equivocaba, cuando sentí el roce de sus labios, desee una vez mas que ese momento nunca acabara...luego, hubo un silencio sepulcral... aparté la mirada, de pronto me dí cuenta que sus ojos no dejaban de verme... quise escapar pero mi cuerpo entero temblaba, jugando con las llaves, mirando al piso no podía hacer nada; pero en cuanto descubrí mi cobardía, respiré y me atreví a mirarle...

Se podía ver un huracán en sus ojos oscuros, profundos, en el cual quería perderme. Me miró como si fuera la primera cosa que haya visto y apretó mi mano fuertemente… quise hablar pero el me interceptó. Acarició mis mejillas ruborizadas e impregnadas con su sublime aroma por aquel desenfrenado beso. Me susurró con voz profana: "cuando salí de las tinieblas tu estabas allí, esperándome, sólo tu".

Se abalanzó la confusión sobre mí y aunque no se lo demostraba, él lo sabía. Quería correr pero su magnetismo me detuvo. Volvió a acercarse pero esta vez como un niño asustado, se posó en mi pecho y pude saborear el aroma de su pelo. El empezaba a asustarme, pero esa extraña sensación no dejaba de gustarme.

Nos quedamos así por mas de 20 minutos, uno junto al otro, nuestros cuerpos fundiéndose, ya las palabras de nada servían, nosotros éramos un lenguaje, yacíamos en el umbral de la luna, consumiendo nuestras respiraciones, las dos en una, sentados esperando el momento. Luego subió lentamente hasta mi cara y me susurro al oído, palabras que impedí que el viento se llevara, palabras puras… dos palabras que me llevaré a la tumba.


Se paseó por mi boca la dulzura de la suya con irresistible atrevimiento y nos regalamos miles de tiernos besos. Sus manos terrenales reposaban en mí y las mías se enfocaban en su cuello. Y…. ese día supe que lo que él profesaba, por aquello que desvariaba yo también se lo juraba… sin pronunciarlo, solo con el hecho de mirarnos sabía que me amaba… y yo no estaba ajena a ese sentimiento...

*******karen*******

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