Sin saber el por qué, empezó a llover. Llovía tanto que no daba chance de cubrir ni tus pensamientos, hasta eso inundaba aquel torrencial lluvioso. Todo estaba anegado.
Por las calles angostas del centro, corría de prisa el agua, mientras que sus techos coloniales escarlata, desteñidos por el sol, se empapaban de lluvia y dejaban caer aquel torrente en forma de cascada.
La gente se cubría como podía, respetando las porosas y permeables techumbres, que tras 60 años, los gobiernos de paso, no han podido restaurar, ocupados en gastar mucho dinero en cosas-para ellos muy relevantes-, esos tejados que resisten el Sol incandescente que penetra por el orificio de la capa de ozono o las lluvias torrenciales que gracias a los vientos Alicios aparecen dejándonos mínimos coletazos de los huracanes del norte; techos rojos ya sin color soportan todo esto sin pedir nada a cambio y al parecer sin tener derecho a nada.
Las calles cuales ríos, estaban más solas que inmundas, pues el agua brotando a través de las viejas grietas del asfalto -que los trabajos de restauración vial nunca pudieron sellar- daban una sensación de pureza. Algunas personas de carácter frenético, impulsivo, apurado quizá, escapaban del cobijo de las techumbres rojas hacia el metro, pues continuar antes de que la noche decidiese salir era más seguro. 10 segundos- la distancia de los coloniales resguardos hasta el moderno metro-eran suficientes para empapar con gotas ácidas de contaminación hasta el alma de aquellas agitadas personas… Olía a viernes por la noche pero era un miércoles queriendo ser ocaso.
¿10 segundos o tal vez 5 siglos de historia?, caminar desde época quijotesca y colonial hasta la nueva y moderna era… en sólo 10 segundos… tan fantástico y tan verosímil. 10 segundos bajo un tempestuoso tiempo, evocando metafóricamente a próceres “heróicos”, guerras “necesarias”, destrucción, muertes, protestas; todas estas tan nuestras, tan mías y tuyas como la sangre que corre en nuestras venas, y todo esto gracias a la acción de baratos payasos cirquenses, llamados políticos que movidos por el sueño de lograr la inmortalidad a través de los siglos y corroídos por la ambición y sed de poder, ríen con un whisky en las rocas, 14.254 guardaespaldas, con la barriga gorda y flácida metida en un traje Armani de 800$ y una cuenta en las islas caimán que pide más dólares …pardon moi… petrodólares; mientras un pueblo yace a sus pies suplicando como favor lo que le corresponde por derecho.
¿10 segundos o 5 siglos de qué…….?
.................Karen.................
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